Sistema de Salud, el costo de una implosión

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La ministra de Salud parece más empeñada en demostrar que un sistema de aseguramiento en salud no sirve, que en resolver un diagnóstico. 

Si algo aprendí en el sector público, es que se obtienen resultados muy diferentes cuando se implementa una política pública con el objetivo exclusivo de mejorar el bienestar social, que cuando se hace con el fin de demostrar tesis personales.

La primera modalidad tiene a favor el pragmatismo y la segunda tiene en contra a la soberbia, que como decía Don Francisco de Quevedo: “los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos”.

La Ministra de Salud parece más empeñada en demostrar que un sistema de aseguramiento en salud no sirve, que en resolver un diagnóstico de amplio consenso como son los problemas de calidad del servicio de salud, de inequidades territoriales, los de naturaleza financiera, entre otros.

Hoy quiero dedicar este espacio para aportar un par de números que tienen que ver con la dimensión del daño que implicaría una implosión del sistema de salud en la pobreza.

Un hogar es pobre multidimensional, según el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), si experimenta una acumulación de privaciones simultáneas en las dimensiones de educación, niñez y juventud, salud, trabajo y hábitat.

En 1997, el 60 por ciento de la población de Colombia era pobre multidimensional y en 2021 el porcentaje llegó a 16 por ciento.

Esta caída ha sido jalonada principalmente por el aseguramiento en salud, el logro educativo y el cuidado a la primera infancia. Mientras que en 1997 cerca de 6 hogares de cada 10 tenían al menos un miembro no asegurado, hoy son 1 de cada 10.

El sistema también ha removido barreras de acceso, en 1997 el 12,9 por ciento de los hogares tuvo problemas para acceder a un servicio de salud habiéndolo necesitado y en 2021 fue el 2 por ciento.

¿Cuál sería entonces el costo social de debilitar el sistema de salud?

Un ejercicio de simulación con el IPM nos entrega los siguientes órdenes de magnitud:
Primero, por cada 500 mil hogares que se queden sin seguro de salud, se elevaría la pobreza en un punto porcentual.

Segundo, suponiendo que el aseguramiento se mantiene, pero que se exacerban las barreras de acceso a la salud del régimen subsidiado, más de 2 millones de hogares podrían desplomarse a la pobreza multidimensional, lo cual tendría un costo de hasta 11 puntos porcentuales y la cifra nacional pasaría de 16 por ciento a 27 por ciento.

Roberto Angulo
​Socio Fundador de Inclusión SAS
rangulo@inclusionsas.com