Pensé en una que nunca pasa desapercibida por su cobertura, popularidad y presupuesto: las transferencias monetarias.
El legado que queremos dejar es el cambio”, dijo el presidente Petro en la rueda de prensa el viernes pasado a la salida del retiro ministerial en la hacienda Hatogrande. “El eje central es que vamos a cambiar el país, vamos a cambiar políticas públicas y concepciones que ya no sirven para el siglo XXI”, sentenció.
Aunque aún no es clara la dirección del cambio, ni cuáles son las políticas públicas que ya caducaron ni por cuáles las van a sustituir, la declaración de Hatogrande me llevó a especular acerca de cuáles podrían ser los programas de reducción de la pobreza que podrían estar en la mira de la agenda reformista del gobierno. Y claro, pensé en una que nunca pasa desapercibida por su cobertura, popularidad y presupuesto: las transferencias monetarias.
Con el objeto de anticiparme a la discusión y de lanzarle una propuesta al gobierno, en esta columna quiero contestar dos preguntas.
¿Ya caducaron las transferencias monetarias en Colombia? Si caducar se define como perder la virtud de producir un efecto, la respuesta corta es no. Las transferencias monetarias no han caducado porque su efecto en pobreza es relevante. De acuerdo con el Dane, en 2021 las transferencias monetarias en su conjunto mitigaron 3,6 puntos porcentuales de pobreza, es decir que impidieron que 1,8 millones de personas se desplomaran a esta situación.
Las transferencias condicionadas en Colombia, que se diferencian de las no condicionadas porque los beneficiarios se comprometen a mantener a los niños en el colegio, llevarlos a controles de salud y, en el caso de los jóvenes, a asistir a un programa de educación superior o técnica, han sido evaluadas sistemáticamente mostrando impactos positivos en varias dimensiones de calidad de vida.
Por ejemplo, en el caso de Familias en Acción, se observan impactos en talla y peso de los niños, matrícula educativa, reducción de la deserción y del embarazo adolescente; y en el caso de Jóvenes en Acción, se destacan los impactos en acceso y permanencia a educación técnica y tecnológica, cambio en los proyectos de vida y probabilidad de conseguir un empleo formal, entre otros.
¿Qué hacer entonces con las transferencias monetarias? La propuesta de reforma a las transferencias que le lanzo al gobierno se basa en 3 lineamentos básicos: 1) Unificar la estrategia de focalización de todas las transferencias monetarias alrededor del Sisbén, el registro social del DNP y los listados de grupos étnicos. 2) Unificar la operación del pago de transferencias en una sola plataforma controlada por el DPS que permita la entrada del mayor número de operadores bancarios y de pagos digitales que compitan por tarifas de eficiencia (incluyendo Banagrario).
3) Diseñar una transferencia híbrida que mantenga un componente condicionado con las reglas de Familias en Acción y Jóvenes en Acción, la de Colombia Mayor, y un componente no condicionado que redondee un monto variable conforme el nivel de pobreza del hogar.
Roberto Angulo
Socio fundador de Inclusión SAS
rangulo@inclusionsas.com