Al salir de la pobreza queda mucho por recorrer, además de romper la pobreza, toca resistir la hostilidad de los que descalifican sus méritos.
El autor que más le recomiendo a mis alumnos para entender la noción de movilidad social se llama Ramón Luis Ayala Rodríguez, más conocido entre los suyos como Raymond, en Puerto Rico como El Cangri o el Big Boss, y en el mundo como Daddy Yankee.
La obra de Raymond es una fuerza vital que terminó forjando la historia de la única revolución latina exitosa en lo corrido de este siglo. Fue el Cangri, producido por DJ Playero, desde el corazón del barrio Villa Kennedy, en San Juan de Puerto Rico, quien se inventó la palabra ‘reggaetón’ en el legendario mixtape Playero 34.
Hace poco le escuché decir a un puertorriqueño que el reguetón, más que un género, era una suerte de imán capaz de atraer cualquier cosa de la cultura latina. El reguetón se alimenta del reggae en español y del dembow, del hip hop, de la salsa, del merengue y del dancehall; y los temas de sus letras van desde el estribillo contagioso sin significado, el sexo, el amor, hasta la vida en el caserío, las pandillas y la movilidad social.
Daddy Yankee es el rey en todas categorías del género, pero esta semana, a propósito de las descalificaciones morales a ‘los que suben’ -la llamada clase media arribista-, quiero traer a colación los tres hitos de la movilidad social que el puertorriqueño explica con más lucidez que cualquier economista:
Primero, la trampa de pobreza es ese lugar donde el éxito en la vida depende en mayor medida del azar: “en caminos oscuros donde no ves la luz/ pero cada cual tiene que luchar y llevar su cruz/ Tu no escoges las pruebas, las pruebas te escogen a ti/ La vida es como una moneda/ coge cara o cruz”.
Segundo, y esto es tal vez lo más potente de la visión de mundo de Daddy Yankee, la trampa se puede romper usando el material que anida en el barrio -en el barrio fino-, así lo canta: “y la vida es un escenario/ Que pone a prueba el talento de barrio”.
Y en otro lado suelta esta perla: “Damas y caballeros, voy a paso ligero/ Ayer estaba pobre y hoy camino con dinero (…)/ traficando música por tonelada”.
Pero la historia no termina ahí, al salir de la pobreza queda mucho por recorrer, el ascenso social no es un camino de rosas, además de romper la trampa de pobreza, al que logra salir le toca resistir la hostilidad de los que descalifican sus méritos.
De eso trata una tiraera de Daddy Yankee dedicada a los que miran con reproche su ascenso social: “¿Qué pasó pana mío? ¿Qué fue? ¿Pa’ ser humilde hay que estar jodío?”.
Y al remate una cordial invitación que es al tiempo un conjuro para la mezquindad de estos tiempos:
“Alza las manos si no tienes problemas
Alza las manos si odias el dinero
¡Los hipócritas con las manos arriba!”.