Imagen: Atletas con Discapacidad, de JJ Vico Bretones
En Colombia hay 2,8 millones de personas con discapacidad, una cifra que se conoce gracias a que hay un registro a cargo del Ministerio de Salud o por la fotografía que entrega el Dane con la Encuesta de Calidad de Vida o la Gran Encuesta Integrada de Hogares.
Tener esta foto no es poca cosa, porque si no hay visibilidad, no hay conciencia de las brechas que tiene esta población para vivir bien. Y es que hay que tener claro que la discapacidad no es una enfermedad, sino que es una faceta más de la diversidad humana y el entorno en el que viven estas personas debería ser lo suficientemente incluyente como para no limitar su participación en la sociedad.
Sin embargo, la foto que se conoce deja ver que eso no se está logrando. Indicadores como la pobreza multidimensional, que muestra las carencias con las que viven las personas, o la pobreza monetaria, que nos dice cuántas personas no tienen la plata suficiente para vivir, dan cuenta de las barreras que sufren las personas con discapacidad.
Las estadísticas muestran que hay una fuerte exclusión del sistema educativo y del mercado laboral: el 21% de las personas con discapacidad vive en hogares con al menos una persona analfabeta y el 24% vive en hogares con al menos una persona en desempleo de larga duración. Una persona con discapacidad normalmente estudia hasta sexto grado y es tal la barrera que existe en el mercado laboral que la expectativa de participar en él es mucho más pequeña.
Hay que cambiar el chip: hay una falla en la forma en la que vivimos al no ofrecer un entorno que se adapte a la diversidad de las personas con discapacidad. En otras palabras, no es un tema de ausencia o falta de capacidad, sino de barreras que hay que romper en los entornos donde vivimos. Si una persona con discapacidad quiere trabajar o estudiar, las condiciones deben permitírselo.
Para avanzar en su inclusión, además de la visibilidad estadística que permita la formulación de políticas públicas, es importante escuchar la voz de las personas con discapacidad porque ellos, mejor que nadie, saben qué es lo que necesitan. Además, se puede trabajar en el acceso a la tecnología fomentando la generación de conocimiento, la investigación, la innovación y el fortalecimiento del ecosistema de la discapacidad en el país.
En el último episodio de la primera temporada de Ideas para la Inclusión, Soraya Montoya, directora ejecutiva de la Fundación Saldarriaga Concha, y Roberto Angulo y Francisco Espinosa, socios fundadores de Inclusión, hablarán con el equipo de Economía para la Pipol sobre las personas con discapacidad y su situación en Colombia.