‘Nocaut’

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Según el Informe Nacional de Empleo Inclusivo 2021-2022, los graduados de educación superior tuvieron el doble de probabilidad de estar ocupados.

La historia, en cierta forma incesante, del joven que pierde una pelea de boxeo por nocaut contra la esperanza, la escribió David Sánchez Juliao hace 46 años. Se trata del monólogo de Javier Durango, más conocido como el Flecha, “el único boxeador bautizado el día de su retiro”, decía al presentarse porque una vez, en medio de una pelea que iba perdiendo, y aprovechando que se había ido la luz en el coliseo, huyó hacia su casa corriendo, disparado “como una flecha”.

Cuenta Sánchez Juliao que, masajeado y alimentado por la “jodidez de este hijueputa mundo”, el Flecha empezó a soñar con ser boxeador desde muy temprano: “desde que vivía ahí, en ese barrio en donde a uno como negro no le queda otra alternativa que el ring y la fama (…). Sí, porque las demás profesiones, usted lo sabe, viejo Deividson, son oficios pa’ blancos”.

Pero muy rápido la vida le mostró al Flecha que no tenía talento, el golpe de realidad lo mandó a la lona y terminó sin otra cosa que hacer que sentarse a echar cuentos en el bar Tuqui-Tuqui, donde le gustaba contar su vida y narrarle a los contertulios ocasionales una pelea imaginaria en la que la esperanza lo derrotaba por K.O: “le juro, por mi madrecita y Dios, que yo más que todo quería ser boxeador para sacar a mi vieja de ese barrio, la madre. Pero qué va, mano, a mí la esperanza también me noquió en el quinto”, contaba.

El relato de Sánchez Juliao no solo es una pieza maestra de humor negro, sino que condensa, con mayor sabiduría y eficacia que muchos tratados de economía y sociología, todo lo que necesitamos saber para entender la escalera rota de la movilidad social de los jóvenes en Colombia.

Y el combate no termina, de acuerdo con el Dane, en Colombia uno de cada cuatro jóvenes no estudia ni está ocupado, proporción que equivale a cerca de tres millones de personas, de los cuales casi 90% es pobre o vulnerable.

Cifras del Informe Nacional de Empleo Inclusivo 2021-2022, muestran que los graduados de educación superior (nivel técnico, tecnológico, universitario o posgrado) tuvieron el doble de probabilidad de estar ocupados y un salario tres veces mayor que el de los que llegaron hasta noveno grado.

El Sena es un actor llamado a liderar los retos de acceso, permanencia, calidad y pertinencia de la educación técnica, tecnológica y complementaria, que puede impulsar la movilidad social de los jóvenes pobres y vulnerables en Colombia. Pero esta posibilidad de cambio social, la que podría ofrecer el Sena, ha sido por décadas moneda de cambio de políticos que se reparten las direcciones regionales como fichas de casino.

“Estoy confiado en lo del Sena [SIC]”, dice uno de los chats de Nicolás Petro revelados por Semana hace unos días, y la sola frase anticipa otro uppercut fulminante de izquierda a la mandíbula de los jóvenes excluidos de Colombia.

ROBERTO ANGULO
Rangulo@inclusionsas.com
Socio Fundador de Inclusión SAS