Imagen: Cocina a leña, de Patricia Vargas.
Una cosa es Dinamarca y otra Cundinamarca. A pesar de que la transición energética, que busca reducir las emisiones de efecto invernadero, forma parte de la agenda de varios gobiernos del mundo, no es lo mismo llevarla a cabo en un país como Colombia que en uno europeo. Y aunque puede parecer lejano, entender esto es clave en la lucha contra la pobreza.
Las estrategias colombianas no tienen por qué parecerse a las de otros países, ya que los contextos son diferentes. En las naciones desarrolladas la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del consumo y de la producción de energía. En cambio, en Colombia, más de la mitad de todas las emisiones vienen de la agricultura, el sector forestal o el cambio de uso del suelo.
Hay estudios que demuestran que hay una relación fuerte entre el consumo de energía y el crecimiento económico, por lo que si Colombia quiere realizar cambios estructurales, un mayor gasto energético va a ser vital. Y es que aunque se debería tratar de que este aumento sea lo más limpio posible, como usar paneles solares, en la práctica lo que se requiere es una combinación de diferentes fuentes que garantice el consumo que el país necesita para crecer.
Piense en esto: todavía el 10% de los hogares cocina con leña, carbón o desechos. Ofrecerles otra fuente de energía -como el gas- les permitirá dedicar ese tiempo, que hoy lo pierden prendiendo fuego, a otro tipo de actividades. Esta diversificación no solo puede ayudar al crecimiento del país, sino también a tener fuentes que sean baratas y que puedan ser pagadas por la población pobre.
La idea detrás es que no se puede imponer un cambio forzado porque se puede lesionar el crecimiento de la economía, lo que también dejará secuelas en la lucha contra la pobreza. Por esto, es que la agenda de transición para Colombia debe plantearse como objetivo contribuir a la reducción de la desigualdad y tener en cuenta que se necesita un mayor consumo de energía que ayude a las personas a vivir mejor.
Roberto Angulo, socio fundador de Inclusión, y Juan Benavides, investigador de Fedesarrollo, se unen al equipo de Economía para la Pipol para hablar sobre la transición energética y su impacto en la lucha contra la pobreza en el noveno episodio de Ideas para la Inclusión.