Desde un local en el centro comercial Andino hasta un vendedor ambulante que tiene una “chaza” o puesto de trabajo en el centro de Bogotá puede entrar en la categoría de micronegocios, según la definición que realiza el Dane. Y aunque el concepto puede despertar opiniones en contra, hay que entender la diversidad de este tipo de empresas y buscar cuáles se pueden convertir en un vehículo para reducir la pobreza.
La definición es simple, no las caracteriza por un rango de ventas ni activos sino que plantea que es cualquier firma que tiene entre 1 y 9 trabajadores. No todos los micronegocios están asociados a la pobreza y hay en todas las clases sociales: desde el rebusque hasta la tienda de ferretería que emplea a cinco personas con todas sus prestaciones.
En ese esfuerzo por entender más este universo, Inclusión hizo un indicador que busca medir la robustez de los micronegocios luego de mirar su contabilidad, digitalización y formalización, entre otros. Hay resultados interesantes: el 30% de este tipo de empresas fue creado como una oportunidad de negocio en el mercado y existe población pobre vulnerable con negocios tan fuertes que pueden convertirse en una forma de movilidad social.
Para impulsar el crecimiento de este tipo de firmas, se necesita una política que esté dirigida a ellas, que ofrezca capacitaciones o ayudarlas con el dolor de cabeza de la ‘tramitología’. Tampoco se pueden dejar de lado instrumentos de crédito y ahorro, porque está comprobado que les ayuda a tener proyectos para crecer en el futuro y tienen un efecto positivo sobre las ventas y en el bienestar de los dueños.
El reto de la política pública es entender que esto no es ajeno a las políticas de empleo. La discusión no es entre los trabajos asalariados y micronegocios, sino que tiene que centrarse en que haya un mercado laboral robusto. Este tipo de firmas siempre van a existir y al final del camino fortalecerlas puede ser una estrategia en la lucha contra la pobreza.
En el quinto episodio de Ideas para la Inclusión les presentamos la historia de Sandra Patricia Fajardo y la discusión entre Roberto Angulo, Dalma Ariza y el equipo de Economía para la Pipol para entender más sobre la diversidad de los micronegocios en Colombia.